Bullying una historia real

El bullying

Un acoso a veces tan sutil…

Cuando escuchaba noticias en la televisión sobre el bullying o el acoso escolar, siempre pensaba en una panda de cobardes intentado arrinconar a un menor robando hasta su autoestima.

Siempre dibujaba en mi mente, niños convertidos en acosadores, y pensaba en el sufrimiento que tenían que tener sus padres, no solo de los niños perseguidos sino también de aquellos pequeños diablos que alegraban sus días con el sufrimiento de otros.

Pero, a raíz de vivir mi propia historia, mi percepción ha cambiado bastante. El camino tan duro que he tenido que sortear para que no se llevaran a mi hija por delante desde sus tres años, estaba lleno de insultos, humillaciones, desprecios y exclusiones, pero no de niños en un principio… sino de sus propios padres.

¿Puede el Bullying empezar en casa?

Si el espejo en que se miran esta vacío, nada podrán aprender

Mi respuesta es un rotundo sí. En mi vivencia personal, el ejemplo que esos padres daban a sus hijos, tenía que ser demoledor. Mientras ponían toda la carne en el asador dañando a mi hija para hacerme daño a mí, no se paraban a pensar en el daño que estaban haciendo a sus propios hijos. Y como padres, es una actitud lamentable.

No generalizo, afortunadamente no todo el mundo es así, pero me encantaría que mi libro ayudara a pensar y a reflexionar sobre todas aquellas pequeñas acciones que incluso de manera inconsciente, hacemos y que pueden dar lugar a plantar una pequeña semilla que crece y qué si no se corta, se extiende como la pólvora.

Creo que el respecto hay que trabajarlo desde casa, nadie somos perfectos, y cometemos muchos errores, pero si queremos criar niños educados y respetuosos, el ejemplo tiene que empezar en nosotros, que no solo somos sus padres, sino sus referentes y el espejo en que se miran.

Después de esta pequeña reflexión, es cuando me entran muchas dudas. En mi vivencia, la violencia emocional la comenzaron los adultos, pero luego fueron sus hijos quienes continuaron con ese macabro juego. ¿Pero quién es el culpable? Obviamente esos niños no aprendieron a comportarse de otra manera. Solo reproducían lo que veían en sus padres.

Entiendo que cada caso es un mundo y que lógicamente los niños que excluyen e insultan a otros, no son santos de mi devoción, ni tampoco les exculpo, pero estoy convencida que en muchos casos de bullying, los padres tienen mucho que ver…. Solo que, además, toda la condena recae en el “maldito acosador”

Si te animas a leer mi libro, me encantaría conocer tu opinión.